Por mucho amor que exista, a veces hay discusiones

Son muchos los correos que recibimos a raíz de nuestras publicaciones en el blog de Twin Shoes, donde hemos analizado diferentes aspectos de las relaciones de pareja desde el punto de vista del buen trato y las habilidades sociales, con ayuda del protocolo social.

 

En estos correos se nos plantean muchas preguntas a las que no siempre es fácil dar respuesta pero, con motivo del fin de año y con el deseo de que todos los corazones que se sienten solos y están sufriendo recuperen en el 2013 toda la ilusión y vigor, tratamos de analizar, aunque desde una perspectiva absolutamente personal, algunos de los puntos que se repiten con mayor frecuencia.

 

Dos preguntas se repiten de forma casi constante, ¿qué es el amor? ¿cómo puedo saber si esto es amor?

 

Insistimos, desde nuestra opinión personalísima, el amor es un conjunto de momentos, un conjunto de sentimientos que se van acumulando a través de la convivencia con una persona y que nos va impregnando. Para amar a alguien hay que querer hacerlo, es una decisión.

 

La mayoría de los correos nos llegan de personas que superan la veintena, por tanto, lo más frecuente e incluso saludable es que, a esas alturas, nos encontremos con personas que ya han tenido otras historias de amor. Y el miedo es unánime: “No quiero sufrir, no quiero que me hagan daño y no quiero hacer daño”. Reflexionando mucho en este aspecto y tras hablar con psicólogos, solo podemos decir otra verdad universal: no podemos anclarnos en los miedos, temores e inseguridades porque, aunque existan, hay que hacerles frente, no se puede tener miedo a sufrir. Puede ser que nos equivoquemos, que lloremos, pero anclarse en pensamientos negativos e inseguridades es la mayor de las garantías para hacer fracasar cualquier relación que queramos iniciar.

 

Está claro que si queremos ofrecer un amor de calidad no podemos estar regalándolo a la primera persona con la que nos crucemos. Pero, al decidirnos a amar a alguien, lo conveniente es hacerlo sin barreras.

 

Dudar en el amor es tan humano como poco rentable, en la mayoría de las ocasiones.

 

¿El tiempo para olvidar, cuánto es?La respuesta a esta pregunta es otra verdad universal, que todo el mundo que ha superado relaciones sabe y que coincide con la recomendación de casi todos los psicólogos: El que cada uno de nosotros decida, voluntariamente, dedicar a olvidar. El secreto no es centrarse en olvidar, sino en marcarse tiempos, uno para el llanto y uno para la recuperación de nuestro corazón, para volver a llenarlo de alegría. Cuanto más luchemos por alejar el pensamiento de nuestra mente más tiempo permanecerá en ella y cuanta más importancia le demos a este hecho, con más fuerza se aferrará a nuestros sentimientos. Esta es la manera más positiva de afrontar ese camino duro, desangelado y tortuoso de la recuperación de una ruptura, por importante que esta sea, pues, en caso contrario, entraríamos en una espiral de autodestrucción.

 

¿Si discutimos, es el momento para romper? Yo no quiero una relación tormentosa.

 

Las relaciones de amor no son lineales, porque en la vida de cada una de las dos partes de una relación se entremezclan muchos factores, por eso no se puede temer al enfrentamiento, al roce, a las discusiones y los malos momentos. Lo que los miembros de la pareja tienen que tener claro es que esos momentos son de lucha conjunta, donde el diálogo, comprensión y perdón en muchos casos, han de ser los pilares en los que los dos miembros han de sustentarse y, por supuesto, algo que jamás debe faltar es el respeto.

 

No hay cosa más absurda que creer en príncipes azules y princesas encantadas porque, como humanos, todos tenemos nuestros defectos; he aquí otro de los retos, el no sentirnos amenazados por esos “defectos” de otras personas, aunque sí pueden resultarnos irritantemente insoportables e incluso enfadarnos, a veces. Un secreto que queremos compartir, es el intentar hacer que nos hagan reír esos defectos de las personas a quienes queremos.

 

Un motivo de discusión recurrente tiene que ver con los compromisos sociales. Pero tenemos que tener muy claro que una de las funciones de la pareja es relacionarse socialmente, porque es algo inevitable. Para no tener relaciones sociales ni compromisos, habría que aislarse del mundo y eso no es posible. Los compromisos sociales son importantes para que la pareja tenga más momentos para compartir, al margen de ellos dos y crezcan como entidad “pareja”.

 

No queremos ver a personas sufriendo por amor, queremos ver a personas que no temen al amor. No dejes ir de tu vida a las personas que valen la pena, intenta que quieran estar compartiendo tu vida y te permitan compartir la suya.

 

Si somos nosotros quienes construimos nuestra realidad, construyamos una realidad agradable, alejada del miedo a romper, a terminar, con el valor de la lucha y la entrega en compañía. Siempre que queramos que se real y bueno, lo será. Recordamos, una vez más que, el pilar fundamental es el respeto y sobre él el compromiso de luchar en pareja contra todos los malos momentos, esos que, cuando se presentan, parece que no se saldrá de ellos, pero la realidad es que sí se sale, si se quiere y, además, reforzados.

 

Próspero 2013, en todos los aspectos, incluido el amor, a todas las personas que nos leen.

 

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Autora: Margarita Murillo

            Galicia Protocolo

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Comentarios: 3
  • #1

    Vince Dashner (sábado, 04 febrero 2017 13:10)


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